Las drogas de abuso a veces no son utilizadas solo con el fin de obtener una recompensa en la esfera psíquica sino que, paralelamente a ello, desde hace tiempo vienen detectándose hechos delictivos concebidos con sustancias denominadas de sumisión química, que incluye la pérdida de la conciencia y el poder de defensa ante la agresión externa por acción de terceros, ya sea para casos de abuso sexual o hurto. En ciertas oportunidades incluyen la utilización de sustancias que hemos escuchado como burundanga, escopolamina, éxtasis líquido, entre otras, vinculadas a las denominadas drogas por contacto o de absorción dérmica, pero ¿todo esto es una apreciación correcta? Pues… no siempre.
Varios miles de millones de personas cada día desechan plásticos a la basura doméstica, a través de la orina excretan los residuos de medicamentos que ingieren, incluso drogas de abuso; las industrias vierten sus efluentes a las aguas, no siempre con debido tratamiento; los criadores de animales y los agricultores utilizan sustancias para la protección de animales y plantas y contaminan ríos y cursos de agua… Bueno, podría decirse que son liberados al ambiente en pequeñas cantidades. Pero con el pasar del tiempo se van incorporando nuevas sustancias. Y además se dispersan, de hecho ya se los puede hallar hasta en las aguas antárticas. Son los denominados contaminantes emergentes.
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