Las enfermedades desatendidas, olvidadas o también llamadas en la jerga “negligenciadas”, a partir de una traducción literal del inglés o por préstamo del portugués, son un grupo de enfermedades fundamentalmente parasitarias, virales o bacterianas que afectan principalmente a poblaciones de áreas tropicales y subtropicales del mundo que viven en una situación de pobreza y/o marginalidad.
En ese grupo de enfermedades se encuentran el dengue, la enfermedad de Chagas, la tripanosomiasis africana o enfermedad del sueño, la leishmaniasis, el paludismo, la lepra, la equinococosis, la filariasis linfática, la esquistosomiasis, fiebre hemorrágica argentina, micetoma, entre otras. Se estima que más de 1000 millones de personas sufren una o más de estas enfermedades y/o viven en zonas con elevado riesgo de contraerlas.
La mayoría de estas dolencias se caracterizan por ser de transmisión vectorial, es decir que existen organismos en la cadena de transmisión quienes portan y transmiten el microorganismo entre las personas o de animales a personas. En este sentido se destacan en esta clasificación, enfermedades como la fiebre amarilla, zika y chikungunya que han tenido un aumento de casos en los últimos años y graves consecuencias en la salud pública de los países afectados.
Parte de la problemática de salud pública a la que nos enfrentamos en la actualidad respecto a las enfermedades desatendidas incluye la falta de tratamientos eficaces y sin efectos adversos, así como la carencia de vacunas para prevenirlas. El término “olvidadas” utilizado para definirlas se debe a que estas afecciones no son tenidas en cuenta por la mayoría de las empresas farmacéuticas a la hora de decidir invertir en la búsqueda y desarrollo de vacunas y nuevos fármacos para su prevención y tratamiento. Debido a la situación de pobreza, la población afectada no representa un mercado lucrativo y, por lo tanto, los laboratorios prefieren invertir sus activos en el desarrollo de drogas para enfermedades globales (generalmente crónicas) que ofrecen una mayor rentabilidad debido a su uso por largos períodos de tratamiento en comparación con los agentes antiinfecciosos dirigidos al tratamiento de estas enfermedades propias de la pobreza.
Esta situación, sumada al bajo poder adquisitivo de las personas afectadas y a la falta de políticas de Estado determina que el desarrollo de nuevas drogas sea encarado, en general, por diferentes organizaciones no gubernamentales (ONG) y por el sector académico. En este sentido, la investigación científica en estas áreas llevada a cabo en las universidades e instituciones científicas públicas y privadas del extranjero y del país es de gran relevancia.
Las enfermedades desatendidas aún hoy causan gran morbilidad y mortalidad en los países en vías de desarrollo. Sin embargo, de acuerdo con la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi) de todas las drogas aprobadas entre 2000 y 2011 solo el 4% corresponden a tratamientos para enfermedades desatendidas, mientras que estas dan cuenta de un 11% de la carga mundial de morbilidad, lo que permite cuantificar las pérdidas de vida sana, ya sean por mortalidad prematura o por el tiempo vivido con una salud menguada.
Además de las enfermedades desatendidas existe otro grupo de afecciones denominadas “enfermedades poco frecuentes” o “enfermedades huérfanas” que, si bien tienen una baja incidencia en la población (1 persona cada 2000 habitantes), se caracterizan por una escasa disponibilidad de fármacos para tratar a los pacientes. Del mismo modo que ocurre con las enfermedades desatendidas, no existe interés en la industria farmacéutica en desarrollar medicamentos para estas dolencias, ya que al afectar solo a un bajo número de personas, no permiten recuperar el capital invertido por las empresas.
Con el objeto de promover el intercambio entre científicos de todo el país y del mundo y favorecer las colaboraciones entre grupos de investigación, en diciembre de 2018 se llevó a cabo en el seno de la Facultad de Farmacia y Bioquímica (UBA) el Drug Discovery for Neglected Diseases International Congress 2018 junto con la 4ta. Reunión Científica de la Red de Investigación de Productos Naturales contra Enfermedades Olvidadas (ResNet NPND) organizado por el Instituto de la Química y Metabolismo del Fármaco – IQUIMEFA - (UBA-CONICET).
En este marco de trabajo colaborativo, la Facultad recibió a más de 200 investigadores de todo el mundo provenientes de Brasil, Uruguay, Colombia, México, Estados Unidos, Alemania, Sudán, Nigeria y Kenia. La mayoría de los asistentes, sin embargo, fueron investigadores de nuestro país (aproximadamente un 78% del total) con gran presencia de investigadores locales (la mitad de los asistentes argentinos trabajan en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires). También contamos con la participación de científicos de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Salta, Misiones, Santa Fe, Chubut, Corrientes, Tucumán, Chaco y Tierra del Fuego. Asimismo, el encuentro contó con la participación de investigadores pertenecientes a cátedras y/o institutos con sede en nuestra Facultad.
Número de trabajos presentados en el Congreso según las áreas de investigación y los institutos y cátedras de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA.
Enfermedades en investigación en el ámbito del IQUIMEFA (UBA-CONICET). Se abarca distintas áreas como compuestos de origen natural, diseño de fármacos y ensayos in vitro e in vivo de drogas.
Dra. Valeria P. Sülsen, Investigadora adjunta Conicet – IQUIMEFA (UBA-CONICET), JTP regular de la Cátedra de Farmacognosia – FFyB - UBA
Dr. MSc. Jerónimo L. Ulloa, Ayudante de la Cátedra de Farmacognosia – FFyB - UBA
Dra. Flavia Redko, JTP de la Cátedra de Farmacognosia – FFyB - UBA
Dra. Albertina G. Moglioni, Directora del Instituto de Química y Metabolismo del Fármaco (IQUIMEFA) (UBA-CONICET), investigadora principal Conicet – IQUIMEFA (UBA-CONICET) y profesora titular de la Cátedra de Química Medicinal – FFyB - UBA
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