Entre fines del siglo XIX y el primer tercio del XX comienza a registrarse lentamente en la Argentina la incorporación de las mujeres a la educación superior. Las disciplinas y profesiones con mayor presencia femenina han sido consideradas por algunos autores como carreras feminizadas, en el sentido de que se las estimaba por aquella época, desde lo ideológico-sociocultural, como más acordes con la ´naturaleza´ femenina. Principalmente, fueron carreras menores o auxiliares en el campo de las ciencias de la salud, como Farmacia, Obstetricia y Odontología, es decir carreras ligadas con el ´cuidado´, un rol social que incluso todavía hoy, más de un siglo después, continúa recayendo fuertemente en las mujeres.
Luego, el anhelo se trasladaría a Medicina, pero aquí las mujeres no fueron tan gratamente recibidas, sino que debieron sortear férreas oposiciones. También comenzaba a registrase la presencia de mujeres en carreras y facultades del área de las humanidades y la educación. El acceso a las demás disciplinas fue en general, más tardío.
Como refrenda la doctora en Ciencias Naturales e investigadora del CONICET, Susana Valeria García: “Inicialmente pudieron inscribirse y obtener diplomas en las carreras más cortas y con menor estatus académico: Obstetricia, considerada en general como una profesión femenina derivada de la figura de la ´comadrona´; luego Farmacia y Odontología, donde algunas ejercieron en el marco de un emprendimiento familiar o en consultorios privados; y finalmente en los estudios superiores de Medicina”.
En esta nota daremos cuenta de las primeras egresadas de carreras de Farmacia en cuatro de las universidades argentinas operantes a fines del siglo XIX y principios del XX.
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
La Universidad de Buenos Aires (UBA) inició sus tareas el 12 de agosto de 1821, luego de un muy dilatado proceso de génesis. En 1885 registró su primera graduada en Farmacia, Élida Passo, que así se convirtió en la primera egresada universitaria del país. En esta serie de notas destinada a Historia de mujeres le dedicaremos una semblanza por haber sido, además, la primera mujer a quien se le permitió inscribirse en la carrera de Medicina, considerada una carrera superior.
En 1897, Julieta Lanteri se recibió de farmacéutica y luego de médica en 1906. También le destinaremos una semblanza en esta serie por su actividad profesional en las ciencias médicas y por su lucha y activismo en pro de los derechos civiles y políticos de la mujer en la Argentina.
En 1898 se graduó Fanny Bache Banchardt y en 1902, Armandina Poggetti Baratcabal. Respecto de esta última, fue la primera mujer en la Argentina que registró su título y ejerció efectivamente la profesión hasta su muerte en 1953, según las investigaciones de la doctora en Bioquímica y Farmacia e historiadora de la ciencia y la medicina Rosa D´Alessio de Carnevale Bonino.
Es que lo habitual era que las mujeres realizaran esta carrera como un peldaño hacia el ingreso en Medicina, o bien que ´se dieran el gusto´ de satisfacer sus intereses intelectuales para después archivar sus títulos y dedicarse al cuidado del hogar, el marido y la progenie.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA
El 8 de febrero de 1897, el gobernador Guillermo Udaondo decretó que se cumpliera la ley y se constituyera la Universidad Provincial de La Plata (a partir de 1905 será Universidad Nacional de La Plata, UNLP), que había sido impulsada por el senador bonaerense Rafael Hernández. La flamante casa de estudios quedó inaugurada públicamente el 18 de abril de 1897 y su primer rector fue el doctor Juan José Carlos Jacinto Dardo Rocha y Arana (que se hacía llamar Dardo Rocha, a secas). Comenzó a funcionar con tres facultades, Derecho, Fisicomatemáticas y Química; y una Escuela de Parteras.
“En la ciudad de La Plata, la concurrencia femenina a las aulas universitarias se detecta desde la creación de la universidad provincial en 1897. La Escuela de Obstetricia y la carrera de Farmacia contaron con alumnas regulares y también algunas mujeres acompañaron a sus esposos a las clases de ciencias jurídicas en calidad de ´oyentes´. Inicialmente los requisitos de admisibilidad no fueron tan estrictos como en las universidades nacionales de Buenos Aires y Córdoba. Para todos los estudios se permitió la asistencia de oyentes y alumnos libres y, además, en la Facultad de Química y Farmacia se aceptaron inicialmente como estudiantes regulares a los egresados de las escuelas normales, lo que facilitó el ingreso de mujeres”, relata Susana García.
El desempeño de las primeras alumnas al iniciarse los cursos de Química y Farmacia llamaron la atención del rector Rocha, quien en una carta al senador provincial Rafael Hernández, que se conserva en el Archivo General de la Nación, daba cuenta del primer año de funcionamiento de la institución, señalaba:
En la Facultad de Química existen una señora y dos niñas que habían obtenido las más altas calificaciones entre sus compañeros: es pues la iniciativa de una nueva carrera para la mujer, problema tan interesante de la civilización moderna...
En 1901 egresó Celia Zeballos de Heredia (la Señora a la que se refería Rocha en su carta), quien había estudiado en la Escuela Normal Nacional de la Capital Federal y que mientras cursaba Farmacia era directora de una escuela pública. Luego continuaría estudiando en la Sección Pedagógica de la Universidad de La Plata, llegando a dirigir el Colegio de Secundario de Señoritas de esta universidad.
Ahora bien, respecto de las niñas a las que aludía Rocha, también ese año se recibió Isabel Baldevidares, que había sido una de las primeras egresadas de la Escuela Normal de Profesoras de La Plata, desde 1884 ejercía la docencia y en 1890 había ingresado en la Escuela Normal como profesora, cargo al que renunció cuando comenzó a estudiar en la Facultad. Isabel había iniciado sus estudios universitarios junto a su hermana, pero esta falleció en 1898 sin alcanzar el grado, según consignan los estudios realizados por la doctora García.
En 1902 se recibieron María Luisa Rocha, Mercedes Mouzo Oliver y María Luisa Gutiérrez, las tres habían egresado de la Escuela Normal de La Plata en 1897 e ingresado en la Facultad al año siguiente. Posteriormente Gutiérrez continuaría estudiando Ciencias Naturales y Química en el Museo/Facultad de Ciencias Naturales de La Plata.
UNIVERSDAD NACIONAL DE CÓRDOBA
La primera universidad que funcionó en lo que hoy es el territorio argentino es la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), fundada el 19 de junio de 1613 por el obispo Fernando de Trejo y Sanabria en la ciudad de Córdoba, sobre la base de un Colegio jesuítico. A fines del siglo XVIII, cuando los jesuitas fueron expulsados de América, pasó a estar bajo el control de los franciscanos, quienes confirieron gran énfasis a la enseñanza tomista.
En 1905 se recibió en esa Universidad la primera farmacéutica: Margarita Zatzkin, quien había nacido en Odessa, Rusia, en el seno de una familia que debió migrar en 1891 a estas tierras debido a la opresión que ejercía sobre los judíos el régimen zarista. Se asentaron primero en la colonia de Moises Ville (en la Provincia de Santa Fe) y finalmente llegaron a la ciudad de Córdoba en 1896. La familia solicitó que se hiciese una excepción para que la niña pudiera cursar en el Colegio de Monserrat, para lo cual era necesario la aprobación de parte de un tribunal y la autorización del Ministerio de Instrucción Pública.
Zatzkin fue también la primera mujer en doctorarse en Medicina en esa Universidad, hacia 1908. Posteriormente, Margarita se casó con un colega médico, se estableció en el Litoral de la Argentina donde ejerció muy poco tiempo sus profesiones; y murió con 44 años en Rosario, como destaca la doctora Dora Barrancos en sus estudios de las mujeres universitarias argentinas.
“Podría decirse que las mujeres ingresaron por el costado más nuevo de la UNC, pero también que fueron relegadas durante un par de décadas a las ´disciplinas auxiliares´ de la medicina, pues hay una predominancia de parteras, un oficio o un saber que puede haber tenido una fuerte marca de género durante aquellos años. En una universidad con un perfil bien profesionalista que titulaba abogados, ingenieros o médicos, las primeras mujeres obtienen títulos periféricos”, remarca por su parte el doctor en Historia y profesor de la UNC, Pablo Requena.
UNIVERSIDAD PROVINCIAL DE SANTA FE
La Universidad Provincial de Santa Fe fue creada el 16 de octubre de 1889, durante la gobernación de José Gálvez. Posteriormente, el 17 de octubre de 1919 el entonces Presidente de la Nación Hipólito Irigoyen sancionó la Ley de Creación de la Universidad Nacional del Litoral, luego de un arduo proceso de siete años de luchas promovidas fundamentalmente por el movimiento estudiantil y por la generación política e intelectual vinculada a la democratización del país.
Ahora bien, en el marco de aquella universidad provincial, por un decreto de enero de 1910, se creó la Escuela de Farmacia. En el listado de los primeros egresados, en 1913, figuran cuatro varones y dos mujeres. Ellas fueron María Zerbini, que obtuvo la medalla de oro, y Eloísa Clausell.
A MODO DE COLOFÓN. DESPACITO…
“Las primeras universitarias estudiaron carreras y se ubicaron en ámbitos profesionales que no representaban una ruptura brusca con las concepciones de género de la época. De este modo, sus elecciones y sus trabajos profesionales reflejaban el interjuego entre sus propios deseos y lo ´permitido´ según el contexto sociocultural del momento histórico en que vivieron”, destaca Alicia Itatí Palermo, socióloga y doctora en Filosofía y Letras por la Universidad de Buenos Aires, directora del Doctorado Orientación Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Nacional de Luján. Sin embargo, —concluye— muchas de estas primeras universitarias percibieron claramente las discriminaciones hacia las mujeres y se preocuparon y lucharon de modo activo por cambiar esta situación. Esto lo hicieron con distinto nivel de compromiso.
Amalia Beatriz Dellamea. Centro de Divulgación Científica y Equipo de Gestión Editorial de FFyB En Foco, Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires.
Agradecimientos: Museo de Farmacia Dra. Rosa D'Alessio de Carnevale Bonino, Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires.
Bibliografía
Arias, Carolina. Mujeres universitarias en la Argentina. Algunas cuestiones acerca de la Universidad Nacional de La Plata en las primeras décadas de siglo XX. Especialización en Educación en Géneros y
Sexualidades. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de La Plata. La Plata, 2017. https://www.academia.edu/37197943/
Arias, Carolina. Mujeres universitarias y espacios de conocimiento. El caso de la Universidad Nacional de La Plata en las primeras décadas de siglo XX. http://eventosacademicos.filo.uba.ar/index.php/JNHM/XIII-VIII-2017/paper/view/1658/2177
Barrancos, Dora; “La universidad esquiva: las primeras egresadas (1884 – 1910)”, en Servetto, Alicia & Saur, Daniel (coords.). Universidad Nacional de Córdoba. Cuatrocientos años de historia, Tomo 1, Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, 2013. Citada por Requena, Pablo.
Cortés, Nuria y Freytes, Alejandra. Índice de las primeras mujeres egresadas de la Universidad Nacional de Córdoba. 1884-1950. Archivo de la Universidad Nacional de Córdoba, pp. 551 y ss.
García, Susana Valeria. Ni solas ni resignadas: la participación femenina en las actividades científico-académicas de la Argentina en los inicios del siglo XX. Dossiê: gênero na ciencia. Cad. Pagu, no.27, July/Dec., 2006.
Palermo, Alicia Itatí. El acceso de las mujeres a los estudios universitarios (siglo XIX). Revista Argentina de Sociología, 2006,vol. 4, núm. 7, pp. 11-46.
Requena, Pablo. Las universitarias invisibilizadas de fines del siglo XIX. UNCiencia. Universidad Nacional de Córdoba. https://unciencia.unc.edu.ar/historia/las-universitarias-invisibilizadas...
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