La mayoría de las personas espera con interés el verano y la consecuente oportunidad de poder pasar algún tiempo al sol. El sol es imprescindible para la vida y posee efectos positivos en pequeñas dosis —quince minutos diarios— para mejorar el estado de ánimo, la circulación, incrementar el metabolismo y producir vitamina D, que es favorable para los huesos, la musculatura y el sistema inmunitario del organismo. Sin embargo, la luz solar también puede ser nociva y, su sobreexposición, conducir a efectos perjudiciales en el corto (generalmente reversibles) y el largo plazo. A corto plazo, la exposición a los rayos UV puede causar alergia solar —que la piel se enrojezca y se originen manchas rojas acompañadas de picazón en la zona del pecho, los hombros, los brazos y las piernas—, quemaduras de distinta gravedad, transtornos de la pigmentación, acné, fotosensibilidad y fotoinmunosupresión. En el caso del virus herpes simplex, la exposición al sol puede provocar herpes labial al suprimirse las células inmunes que mantienen el virus bajo control. En el largo plazo —es importante recordar que el daño por la sobreexposición al sol resulta acumulativo— puede causar el envejecimiento prematuro de la piel y los dos tipos principales de cáncer de piel, el carcinoma basocelular y el melanoma.
Para evitar los efectos perjudiciales a corto y largo plazo de la exposición a los rayos UV, se debe utilizar a diario protector solar UVA-UVB y adoptar unas buenas prácticas con respecto al sol, como optar por la sombra cuando la radiación del sol es más potente y llevar sombrero, gafas de sol y ropa protectora.
Los rayos UV y los riesgos de padecer cáncer de piel
Hoy, el riesgo de desarrollar cáncer de piel es de 1/1001. El hecho de disfrutar de vacaciones más largas, optar por destinos cada vez más soleados, realizar actividades al aire libre y broncearse de manera artificial —camas solares— ayuda a explicar este aumento en el número de cánceres de piel. Esto se debe a que la exposición a los rayos UV, provenientes del sol o de manera artificial, es la principal causa de esos cánceres de piel. De hecho, la exposición incrementa el riesgo de padecer dos tipos principales de cáncer: el carcinoma basocelular y el melanoma. ¿Cuál es la buena noticia? Pueden prevenirse y el 90 % de los cánceres de piel es curable si se detecta a tiempo.
Recuerde esto acerca de los rayos del sol:
• Son más fuertes entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
• Atraviesan la ropa de color claro, los parabrisas del automóvil, las ventanas y las nubes.
• Se reflejan en la arena, el agua, la nieve, el hielo y el pavimento.
Datos importantes
• El cáncer de piel es causado por la exposición a las radiaciones UV, ya sea procedentes del sol o de fuentes artificiales como las camas solares.
• Entre 50 % y 90 % de los cánceres de piel están causados por las radiaciones. UV
• En el 2000 a nivel mundial, se diagnosticaron 200.000 casos de melanoma maligno; 2,8 millones de casos de carcinoma espinocelular y 10 millones de casos de carcinoma basocelular.
• Cuatro de cada cinco casos de cáncer de piel se pueden prevenir, evitando las exposiciones dañinas a los rayos ultravioletas (UV).
• El efecto de las radiaciones UV en la piel es acumulativo, progresivo e irreversible.
• Es probable que la exposición excesiva de los niños y adolescentes a los rayos solares intervenga en la aparición de cáncer en etapas posteriores de la vida.
• El 5% de las cataratas a nivel mundial se puede atribuir directamente a la exposición a las radiaciones UV.
• La protección solar se recomienda cuando el índice de radiación ultravioleta es de 3 o mayor.
Ahora sabemos que el uso diario de un protector es fundamental para mantener la salud de la epidermis, disminuir los riesgos de cáncer de piel, retrasar los signos de envejecimiento y prevenir manchas. Pero llega el verano y con todos los protectores solares disponibles en el mercado, puede ser complicado elegir el más adecuado.
¿Bronceador, pantalla o protector?
El protector solar o pantalla solar son las maneras de mencionar a los productos que tienen ingredientes especiales para absorber las radiaciones ultravioletas de tipo “A” y “B” (UVA y UVB). En cambio, el bronceador no protege la piel sino que ayuda a concentrar los rayos solares sobre ella para cambiar su color rápidamente, como los aceites.
¿Qué indica el número del factor de protección solar?
El factor de protección solar (FPS) indica la fracción de rayos UV que recibe la piel protegida. Por ejemplo, un FPS 30 significa que 1/30 de los rayos UV llegará a la piel si el protector solar fue aplicado correctamente.
¿En qué debemos fijarnos al elegir el protector solar?
Al adquirir un protector solar, hay que fijarse en tres cosas importantes:
A. Que tenga un FPS de 30 o superior para el rostro y de 15 para el cuerpo. Cuánto más clara es la piel, mayor debe ser el FPS.
B. Que sea un protector solar de “amplio espectro” que proteja tanto contra los rayos UVA como contra los rayos UVB.
C. Que sea o no sea resistente al agua según la necesidad (la protección en general es entre 40-80 minutos). Esto es útil en pleno verano cuando vamos a la playa o una pileta, aunque también brinda mayor protección con sudor.
¿Qué tipo de presentación elijo?
Los protectores solares pueden ser de varios tipos diferentes: cremas, geles, mousse, aerosoles e incluso sólidos en barras. La presentación en forma de mousse cremosa resulta muy práctica para zonas extensas durante la época estival. Para una piel seca, sobre todo de la cara, son ideales las cremas preferentemente con humectante incluidos; los sólidos en barra son muy recomendados para la zona de contorno de ojos y los geles para las áreas con pelo y para las pieles grasas o con tendencia al acné que requieren el empleo de ingredientes no comedogénicos en la formulación. Finalmente, los aerosoles resultan muy útiles en zonas extensas del cuerpo aunque sin la necesidad de tener que esparcirlo, como el caso de una mousse, pero puede resultar más difícil saber si se ha aplicado una cantidad suficiente; además, en el caso de aplicarlo a los niños, existe la posibilidad de que respiren el protector.
¿Qué otras tener en cuenta?
• En caso de pieles atópicas y sensibles, preferentemente evitar protectores que contengan dentro de sus filtros al PABA (ácido para aminobenzoico) puesto que pueden causar alergia en la piel. Es preferible emplear filtros físicos como el dióxido de titanio u óxido de zinc.
• Si se desea utilizar un autobronceador es recomendable adquirir uno que tenga protección UV con FPS declarado en la etiqueta (muchos no la tienen o tienen una cantidad muy reducida de este tipo de protección).
• Algunos productos de cosmética contienen protector solar, pero salvo que se encuentre declarado el FPS, no suelen ofrecer suficiente protección contra el sol.
• Los bebés menores de 6 meses no deben ser expuestos al sol.
¿Cómo, cuándo y dónde usar protector solar?
Para que el protector solar pueda desempeñar bien su función, se debe usar correctamente. Asegúrese de que:
• Se aplica el protector solar cada vez que se expone al sol. Para obtener los mejores resultados, se debe aplicar el protector unos 15 a 30 minutos antes de la exposición.
• No olvidar las orejas, las manos, los pies, los hombros y detrás del cuello. Protegerse los labios usando una manteca de cacao con un FPS de 30.
• El protector solar se debe aplicar con frecuencia, aproximadamente cada 2 horas.
• Los protectores solares resistentes al agua pueden durar hasta 80 minutos dentro del agua, y algunos también son resistentes al sudor. Pero, al salir del agua hay que volver a aplicarse el protector.
• Desechar los protectores solares que hayan caducado o que hayan sido comprados hace más de 3 años.
¿Quién necesita usar protector solar?
Todos necesitamos protegernos del sol, independientemente del tono de piel que tengamos, con un protector solar con un FPS de 30 o superior. Aunque las personas de piel oscura tienen más melanina protectora y se broncean con más facilidad, en vez de quemarse, el bronceado es un indicador de lesión en la piel por efecto del sol.
Por último, recordemos que el cáncer de piel es considerado como la forma más común de cáncer, y que puede evitarse fácilmente con el uso correcto de un protector solar todos los días del año.
Viviana Mouriño es doctora por la Universidad de Buenos Aires (UBA), investigadora del Conicet y profesora adjunta del Departamento de Tecnología Farmacéutica de la Facultad de Farmacia y Bioquímica (FFyB-UBA). Está a cargo del Laboratorio de Ciencias de los Materiales y Tecnología Farmacéutica (CIMATEC) del Instituto de Tecnología Farmacéutica y Biofarmacia (INTECFyB) de la UBA.
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