Muchas personas no se animan a donar sangre por temor o desconocimiento. Otras, concurren al banco de sangre con la mejor voluntad, pero no saben que están atravesando circunstancias que pueden ser nocivas para ellas o para los pacientes. La donación de sangre es un acto seguro, controlado por profesionales de la Medicina Transfusional, y que no lleva más de media hora. Este texto pretende describir el proceso de donación y brindar la información necesaria para que la experiencia sea lo más eficaz y placentera posible.
José F. se presenta en la ventanilla, manifiesta su voluntad de donar sangre, más para no parecer cobarde ante la mirada de su novia, quien había donado previamente, que por convencimiento propio. Nunca había estado en un banco de sangre, y la incertidumbre rodaba vertiginosamente por su cabeza. Luego de que le devolvieran su identificación y lo registraran, José pasa a un salón privado, donde un profesional especializado le realiza preguntas sobre enfermedades, tratamientos y conductas de riesgo. No tenía nada que ocultar y era consciente de que la donación no constituía una amenaza para su salud ni para la del futuro receptor de su sangre. Solamente se sentía cansado.
Como muchos de los donantes voluntarios del Departamento de Hemoterapia del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires, José era estudiante de una de las facultades cercanas, y había comido y descansado poco para rendir un examen final. Su peso, presión arterial, pulso y temperatura son óptimos, su nivel de glóbulos rojos, ideal. Le determinan el grupo sanguíneo y es llamado para la extracción. Ante la cara de temor y desconcierto de José, el extraccionista lo tranquiliza, pero no conforme con ello, le pregunta si había desayunado y descansado bien. Ante la negativa de José, y para resguardar su salud, lo invitan a tomar un desayuno y a donar sangre un día que esté bien descansado.
¿Conocía esta situación? Es más frecuente de lo que se imagina. Cuando se dona sangre, la salud del donante se cuida con la misma devoción que la del paciente que recibirá este fluido vital. ¿Tiene miedo de donar sangre? Es comprensible; si no conoce cómo es, difícil no sentir temor. Lo invito a acompañarme en este tour a través de la donación de sangre para que se familiarice y pueda despejar algunas de las tantas inquietudes que debe tener al respecto.
Lo primero que le solicitarán cuando ingrese a la recepción es una identificación con foto, que puede ser el DNI, el pasaporte o una licencia de conducir. Es importante que sus datos sean verídicos y actualizados. Cualquier resultado clínicamente significativo que se obtengan de los estudios que le realizarán, le será comunicado por las vías de contacto declaradas en esta etapa. Acreditada su identidad, el personal de recepción le entregará un texto informativo para que lo lea. Incluye una descripción de las situaciones de riesgo por las que no debería donar sangre y de los estudios que se le harán. También aclara que será convocado en el caso de que los resultados de sus análisis sean adversos, para repetir los estudios y aconsejarlo médicamente.
La información predonación le permite autoexcluirse, es decir, que en caso de no querer hacerse los estudios o de no cumplir con las condiciones establecidas, podrá retirarse cuando lo desee. Tendrá varias oportunidades para hacerlo durante su estadía en la institución, inclusive, una vez que haya donado. Si tiene dudas de que su sangre es inocua para el paciente, con solo manifestarlas confidencialmente, no será usada con fines terapéuticos y se descartará. No obstante, conservará sus derechos como donante.
Posteriormente, se lo calificará. La calificación clínica pretende cuidar su salud y la del receptor de su sangre. Consta de dos etapas: la entrevista y el examen clínico, ambos confidenciales. En la entrevista, el profesional indaga, en un recinto privado, acerca de si comprendió la información predonación, si desayunó bien para evitar cualquier malestar, si está tomando medicamentos, si tiene o tuvo algún síntoma, enfermedad o tratamiento de consideración, si consume drogas, si sufre de desmayos o lipotimias.
Asimismo se lo consulta acerca de si estuvo en situaciones de riesgo de haber contraído infecciones transmisibles por la sangre, que en ciertas circunstancias, no pueden detectarse en el laboratorio. En el caso de que no califique en esta etapa, se le explicarán las razones por las cuales se lo difiere, si el diferimiento es temporal o definitivo y se le agradece su gesto. El segundo paso de la calificación es el examen clínico, que consiste en tomar su temperatura, frecuencia cardíaca y presión arterial, también se le efectúa un análisis de sangre para controlar si tiene anemia. En esta etapa se le puede determinar su grupo y factor sanguíneos. Deberá firmar un consentimiento antes de donar sangre. No puede hacerse nada sin su expreso consentimiento.
A continuación, lo invitarán a la sala de extracciones. Generalmente, una unidad de sangre tiene 450 mililitros, poco menos de medio litro, y el proceso de recolección lleva, aproximadamente, 10 minutos. Este es el momento en que la gente suele asustarse, pero tranquilícese. Va a estar permanentemente acompañado por profesionales que lo cuidan, acostumbrados a rescatar donantes con pánico, pálidos, con ojos desfallecientes, con sudores fríos y, finalmente, desmayados. Menos del 1% de quienes donan sangre padecen este inconveniente, la lipotimia. El personal sabe manejar estas situaciones y la institución tiene recursos para solucionarlo. Por ejemplo, el asiento se desplaza de manera que sus pies queden por encima de su cabeza. De esta manera, recuperará la conciencia, acostado, en cuestión de segundos. Y si estuviera deshidratado, se lo hidrata en minutos. Durante su estadía en el banco de sangre, se lo controlará para resguardar su salud. Por eso, si no se siente bien, comuníqueselo al profesional, que está cerca suyo. Y si no desayunó, también; preferentemente antes de sentarse a donar.
El temor a las agujas es otra cuestión. Si bien tienen un calibre un poco mayor que las de un laboratorio de análisis clínicos, la sensación del pinchazo es similar. Estas agujas permiten el correcto llenado de la unidad y que la recolección de la sangre sea más rápida y sin riesgo de que se coagule.
Antes de la extracción, le harán firmar la bolsa donde se recogerá su sangre, para asegurar que la unidad corresponde a la suya. También le entregarán un formulario confidencial de autoexclusión para depositar en una urna, una vez que haya donado. Esta es otra oportunidad para avisar que tiene dudas sobre la inocuidad de su sangre. Recuerde que la autoexclusión es confidencial. Nadie, salvo usted, conocerá la situación; y su sangre se descartará sin usar.
Finalizada la extracción le espera un refrigerio. Le conviene tomarse unos minutos, reponerse, hidratarse, y luego continuar camino a sus tareas habituales. Un profesional constatará que se encuentre en buen estado antes de abandonar el banco de sangre. Recuerde que tiene derecho de solicitar un certificado por su donación, que generalmente, se lo entregarán en la ventanilla de entrada.
Si se hubiera presentado a donar sangre en el momento que empecé a escribir esta nota, ya estaría haciendo sus actividades cotidianas.
Lo que debe saber antes de donar sangre
- Nadie debe obligarlo a donar sangre bajo ninguna circunstancia.
- No puede ser discriminado ni diferido por su orientación sexual. Sólo le harán preguntas acerca de relaciones promiscuas, con personas desconocidas o bajo sustancias que afecten su conciencia.
- Los hombres pueden donar sangre hasta 4 veces al año y las mujeres hasta 3. Deben transcurrir al menos dos meses entre dos donaciones consecutivas. Este requisito previene que se vuelva anémico.
- Sus datos son de carácter confidencial.
- El material utilizado para la donación es descartable.
- Haga sus ingestas habituales, desayune previamente. No es necesario suprimir lácteos ni grasas. Si concurrió sin desayunar, comuníqueselo al personal del banco de sangre.
- Tome líquido sin alcohol en abundancia.
- No realice esfuerzo físico o violento. Si lo hizo o está obligado a hacerlo después de la donación, comuníqueselo al personal en el momento de la entrevista.
- Concurra descansado, si no descansó lo suficiente, postergue su donación o comuníqueselo al personal en el momento de la entrevista.
- Lea atentamente la información pre y posdonación.
- Si pretende sanar a una persona con su sangre, cuide primero su salud ¿Está anémico? ¿Los glóbulos blancos están altos? Hágase chequeos médicos periódicamente. Sería un inconveniente para usted ingresar a un hospital como donante y salir como paciente.
- Si desea saber si es VIH positivo, concurra al servicio de Infectología. Usted tiene derecho a conocer gratuitamente su situación, pero el banco de sangre no es el ámbito más adecuado
Puede donar sangre si:
- Goza de buena salud. De lo contrario, correrá riesgo la suya y la del receptor de su sangre
- Pesa más de 50 kg. Donará casi medio litro de sangre, no se debe extraer más del 12% de su peso.
- No está anémico. De lo contrario, donará un bien que carece.
- Tiene el pulso y la tensión arterial normales. Recuerde que no solo se cuida la salud del paciente sino también la suya.
- No recibió transfusiones ni fue operado durante 12 meses previos a su donación. Hay un riesgo, aunque mínimo, de que estas prácticas invasivas le produzcan una infección transmisible por sangre que no sea detectada en el laboratorio por ser reciente.
- No se tatuó ni perforó el cuerpo durante 12 meses previos a su donación. Por las mismas razones que las del ítem anterior
No puede donar sangre si:
- Tuvo o tiene enfermedades infecciosas que se transmiten por sangre, como VIH/SIDA, Hepatitis B o C, Chagas, Brucelosis, Sífilis o el virus linfotrópico humano (HTLV).
- Intercambia sexo por drogas o dinero, ya que las vías de contagio sexual y por sangre son similares.
- Tomó aspirinas durante los últimos 3 días, ya que uno de los componentes de la sangre es alterado con este medicamento.
- Tuvo extracciones dentales o tratamiento de conducto hace 1 semana, para resguardar al paciente de alguna infección en curso.
- Tuvo fiebre, acompañada de dolor de cabeza y malestar general desde hace 2 semanas, ya que puede ser el período de incubación de una enfermedad contagiosa.
- Se vacunó durante el último mes, ya que los microorganismos que le inocularon y su sistema inmunitario están en plena actividad.
- Recibió tratamiento invasivo durante el último año, como transfusiones, diálisis, cirugía, acupuntura. Estas intervenciones aumentan el riesgo de adquirir microorganismos transmisibles por la sangre que pueden no detectarse en el laboratorio por ser recientes.
- Se realizó tatuajes o perforaciones dentro del último año. Por las mismas razones que las del ítem anterior.
- Tuvo relaciones sexuales, hace menos de 1 año, bajo las siguientes condiciones:
- Con una persona que desconoce si está infectada, fundamentalmente si no usó protección o estuvo bajo los efectos de drogas o alcohol.
- Con una persona que conoce que está infectada con los virus VIH, hepatitis o HTLV, aún usando protección.
Lo que debe saber después de donar sangre
- Una vez finalizada la donación deberá presionar algunos minutos sobre el apósito colocado en la zona de punción para evitar un hematoma. Mantenga unas horas el pequeño vendaje que se le coloca.
- No abandone el lugar de colecta si no se siente bien y avise al personal que lo atendió.
- Evite realizar esfuerzos o cargar peso con el brazo donde se efectuó la extracción durante 4 a 6 horas, ya que la mayor parte de las veces los hematomas no derivan de la punción sino del incumplimiento de esta recomendación.
- Beba abundante líquido durante todo el día, recuerde que le extrajeron casi medio litro de sangre.
- Si tiene inflamación, dolor o sangrado en el sitio de la punción, coloque hielo y comuníquese con el banco de sangre.
- Si realiza actividades laborales en altura, conduce vehículos o práctica deportes de riesgo y sintió mareos luego de la donación, espere hasta recuperarse totalmente antes de retomar la actividad.
Marcelo Daniel García. Bioquímico del Departamento de Hemoterapia e Inmunohematología del Hospital de Clínicas “José de San Martín”. Facultad de Medicina. Universidad de Buenos Aires
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