Mi nombre es Luciana Veiras, soy bioquímica egresada de nuestra Facultad y recientemente obtuve el título de Doctora por la Universidad de Buenos Aires.
¿Por qué elegiste la carrera de Bioquímica?
La carrera de Bioquímica es difícil, demandante y en, determinados momentos, hasta les diría un poco frustrante. Pero por otro lado, es también apasionante. Es una carrera que nos instruye en distintos temas, nos prepara para desempeñar múltiples funciones y tiene una amplia salida laboral en casi todas las áreas biomédicas.
Mi elección de la carrera fue algo rara. Cuando estaba cursando el colegio secundario y con mis compañeros hablábamos acerca de qué carrera seguiría cada uno, sentía una gran incertidumbre. Me gustaban la química y la biología, pero no tenía una idea clara acerca de qué quería hacer el resto de mi vida. En mi familia nadie había asistido a la Universidad así que tampoco sabían cómo aconsejarme. Un día, hablando con la madre de un compañero del colegio que es médica, a ella se le ocurrió que de acuerdo con lo que yo le describía, Bioquímica podía llegar a ser una buena opción. El nombre de la carrera me llamó mucho la atención y entonces comencé a investigar. Tenía pánico de equivocarme, de hacer el CBC y luego darme cuenta de que no me gustaba, de “perder tiempo”. En ese momento, mis padres me dieron el empujón final, me dijeron: “Y si te equivocás, ¿cuál es el problema? Empezás de nuevo y listo”.
Y así, emprendí mi viaje en esta carrera, que empezó a gustarme cada vez más con cada materia que cursaba; me enamoraba su versatilidad y la posibilidad de seguir distintas orientaciones.Y no me equivoqué, al terminar la carrera, me di cuenta de lo bien preparada que estaba profesionalmente cuando tuve que enfrentarme al desafío de conseguir mi primer trabajo. Hoy, ya recibida y mirando hacia atrás, creo que no podía haber estudiado otra cosa.
Cuando eras estudiante… ¿cómo te imaginabas que sería tu vida laboral como bioquímica? ¿Fue difícil la inserción laboral en los diferentes trabajos que tuviste?
Al cursar primer año, de a poco fui recordando que cuando era chica jugaba siempre a lo mismo: a ser científica. Y al ir cursando las materias supe que mi camino iría por el lado de la investigación básica. Así fue como ingresé en la Cátedra de Fisiología Humana como ayudante y me uní al grupo de investigación de las doctoras Analía Tomat y Cristina Arranz. Allí investigamos los efectos de la deficiencia moderada de zinc durante la vida fetal y posnatal temprana sobre el desarrollo de hipertensión arterial en la adultez, y de a poco me fui convirtiendo en la científica que siempre soñé ser.
Trabajé en la Cátedra hasta el día que me recibí y a las dos semanas me fui a vivir a Estados Unidos, porque mi novio se había mudado allí hacía un año y medio. Él había conseguido una beca para realizar su posdoctorado y me orientó sobre los posibles lugares donde podría realizar el doctorado. Gracias a la experiencia laboral adquirida y los trabajos publicados mientras trabajaba en la Cátedra, sumado a que la Universidad de Buenos Aires es reconocida a nivel mundial, hicieron que rápidamente consiga una plaza en la Universidad del Sur de California (USC) como estudiante de doctorado. Allí realicé mis estudios de tesis en constante colaboración con la UBA analizando las diferencias en la organización y la fisiología renales de machos y hembras. Estas fueron las bases para entender que el desarrollo de hipertensión arterial es distinto en machos y hembras y, como consecuencia, las estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento deberían ser distintas para cada sexo. Luego de 4 años y medio de trabajo, defendí mi tesis doctoral en la UBA en septiembre de este año.
¿A qué te dedicas en este momento?
Actualmente trabajo en el Cedars-Sinai Medical Center de Los Angeles, donde conseguí una plaza para realizar un posdoctorado. Mi proyecto se basa en investigar los efectos beneficiosos de la sobreexpresión de la enzima convertidora de angiotensina en células inmunitarias en distintos modelos de cáncer.
¿Qué fortalezas o herramientas te brindó esta carrera universitaria?
Como ven los temas en los que trabajé hasta ahora son muy diversos, pero confirmo día a día que mi formación en la Facultad me brindó las herramientas necesarias para poder desarrollarme como profesional en ámbitos muy diversos. De hecho, luego de haber trabajado en proyectos relacionados con la fisiología y fisiopatología, recién en este último proyecto, estoy aplicando lo que aprendí durante mi orientación como biotecnóloga. A esto me refería cuando hablaba de la versatilidad de nuestra carrera.
¿Qué dificultades encontraste en tu desempeño profesional en relación a tu formación en esta Facultad?
Si tuviera que citar alguna, diría que lo que más me costó fue escribir los papers al momento de publicar mis trabajos. Yo egresé siendo parte del plan de estudios ’89, que no incluía materias que nos ayudaran en este aspecto. Siempre tuve una buena base de inglés, dado que estudié el idioma desde muy chica, pero al momento de sentarme a escribir y utilizar lenguaje técnico, no sabía por dónde empezar. Además, si bien en muchas materias leíamos y estudiábamos nuevas técnicas a partir de publicaciones en inglés, el desafío es muy distinto cuando es uno quien tiene que escribirlo. Me alegra saber que el nuevo plan de estudios incluye inglés como materia obligatoria. ¡Recomiendo a los alumnos que aprovechen esta herramienta!
¿Cuál sería tu mensaje para aquel alumno que ingresó a la Facultad y que, como vos, también sueña hacer investigación?
A los chicos que recién comienzan la carrera les diría que, a pesar de las adversidades que a todos nos toca enfrentar, siempre apuesten al estudio y al trabajo duro. Si en esta carrera encontraron su vocación, no se preocupen por el futuro, disfruten del viaje, aprovechen a los excelentes docentes que tenemos y esmérense por ser los mejores profesionales que puedan ser, porque la UBA nos prepara para enfrentar cualquier desafío.
Bioq. Luciana Veiras
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