La Real Academia Española (RAE) incorporó recientemente al Diccionario Histórico de la Lengua Española un nuevo vocablo*: covidiota, s. m. y f. Persona que se niega a cumplir las normas sanitarias dictadas para evitar el contagio de la covid. Pero, ¿qué lleva a una persona a romper este contrato social sanitario y convertirse en un covidiota? El concepto de contrato social ha pasado a constituir un término de uso común, sin embargo en ese tránsito ha ido perdiendo sus rasgos semánticos medulares. La propuesta es revisitarlo desde concepciones de la filosofía política y la sociopolítica.
Diciembre de 2019 con la irrupción del SARS-Cov-2 quedará en la historia: nuestra vida cambió y el mundo mostró una nueva e indescifrable cara. Un rostro cubierto y los cuerpos sociales delimitados en sus acciones. El Poder del sistema político y una realidad enmascarada parecen haber llegado para establecerse de forma permanente. En esta nota se propone un recorrido histórico del uso de la ´máscara´ con valor de protección de la salud desde el siglo XIV a la actualidad. El uso de barbijo constituye hoy, como antaño, una de las medidas más generalizadas (a la vez que más resistidas) de prevención en el mundo y se ha integrado a este nuevo contrato social sanitario que se impone a los ciudadanos.
Últimamente, vemos en las redes sociales que chicas y chicos fitness e influencers promocionan distintos suplementos y proteínas de origen vegetal con el fin de obtener figuras modélicas, vistas, claro, desde los parámetros hegemónicos de ´belleza´. Desde FFyB En Foco queremos llevar un poco de luz sobre esta cuestión, en especial porque los adolescentes o adultos jóvenes pueden ser incitados a consumir estos productos “mágicos”, acríticamente.
Llevar una vida sana y plena es un combo imprescindible, que incluye alimentación equilibrada, deporte, descanso, etc. Ningún producto genera resultados fantásticos, sabido es. Los resultados asombrosos que venden estos suplementos solo se logran con perseverancia y una vida saludable.
El consumo de suplementos dietarios por la población adulta ha aumentado exponencialmente en los últimos años desde que irrumpieron en el mercado en la década de 1990. Si bien son percibidos en muchos casos como “medicamentos”, legalmente son clasificados como alimentos y, recién en los últimos años, en algunos países comienza a considerárselos como una clase separada de los productos farmacéuticos y de los alimenticios.
En el contexto de pandemia, la demanda sanitaria fue sustancialmente diferente y el rol de los profesionales de la salud cambió ante las nuevas exigencias de un marco desconocido. En esta nota el doctor Eduardo Lagomarsino describe las experiencias y vivencias que han experimentado en el ejercicio de la Farmacia Clínica. En especial, qué cambios debieron implementarse en las rutinas de trabajo y qué impactos han tenido.
Si bien es cierto que la telemedicina se implementa desde hace ya algunos años en diversos países, en el contexto que impuso la pandemia global de Covid-19 experimentó un notable crecimiento, incorporándose inicialmente la supervisión remota de pacientes y el control epidemiológico. El doctor Ricardo Plunkett nos habla de los desafíos que supone el cuidado de la salud con herramientas digitales.
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