Últimamente, vemos en las redes sociales que chicas y chicos fitness e influencers promocionan distintos suplementos y proteínas de origen vegetal con el fin de obtener figuras modélicas, vistas, claro, desde los parámetros hegemónicos de ´belleza´. Desde FFyB En Foco queremos llevar un poco de luz sobre esta cuestión, en especial porque los adolescentes o adultos jóvenes pueden ser incitados a consumir estos productos “mágicos”, acríticamente.
Llevar una vida sana y plena es un combo imprescindible, que incluye alimentación equilibrada, deporte, descanso, etc. Ningún producto genera resultados fantásticos, sabido es. Los resultados asombrosos que venden estos suplementos solo se logran con perseverancia y una vida saludable.
El consumo de suplementos dietarios por la población adulta ha aumentado exponencialmente en los últimos años desde que irrumpieron en el mercado en la década de 1990. Si bien son percibidos en muchos casos como “medicamentos”, legalmente son clasificados como alimentos y, recién en los últimos años, en algunos países comienza a considerárselos como una clase separada de los productos farmacéuticos y de los alimenticios.
En el contexto de pandemia, la demanda sanitaria fue sustancialmente diferente y el rol de los profesionales de la salud cambió ante las nuevas exigencias de un marco desconocido. En esta nota el doctor Eduardo Lagomarsino describe las experiencias y vivencias que han experimentado en el ejercicio de la Farmacia Clínica. En especial, qué cambios debieron implementarse en las rutinas de trabajo y qué impactos han tenido.
Si bien es cierto que la telemedicina se implementa desde hace ya algunos años en diversos países, en el contexto que impuso la pandemia global de Covid-19 experimentó un notable crecimiento, incorporándose inicialmente la supervisión remota de pacientes y el control epidemiológico. El doctor Ricardo Plunkett nos habla de los desafíos que supone el cuidado de la salud con herramientas digitales.
El acceso a la información en todos los ámbitos cambió drásticamente en el último tiempo y la ciencia no fue la excepción. Las publicaciones científicas han crecido en las últimas décadas a un ritmo exponencial. Entre 1978 y 2001 se publicaron en promedio más de 270.000 artículos científicos por año y entre 1994 y 2001 esa cantidad se incrementó en un 46%, alcanzando 2,79 millones de páginas por año*. En 2002 se informó que se habían asignado 905.090 números ISSN a publicaciones periódicas [Centre International de l’ISSN, 2008]**.
El abuso y consumo lúdico de la planta de Cannabis, sumado a su carácter ilegal, generaron en la sociedad numerosos prejuicios que tergiversaron sus verdaderos potenciales farmacológicos y dificultaron la investigación científica en nuestro país. Por esa razón debían vencerse no solo los obstáculos sino también las resistencias personales de investigadores, autoridades e instituciones. El proyecto que aquí se difunde pretende contextualizar un uso de estos productos científicamente avalado, que evite las vías alternativas actuales de producción y dispensación, sin la asistencia o intervención de un profesional farmacéutico, que puedan promover resultados perjudiciales para los pacientes. Es imprescindible, entonces, un marco normativo que otorgue un contexto de seguridad y un correcto manejo.
Nos atrevemos a afirmar que la insulina es una de las proteínas “más famosas” que existen y, los egresados de FFYB, damos fe de que es la “protagonista” de varias materias de la cursada. Sin embargo, no siempre se supo tanto acerca de esta pequeña y relevante macromolécula. Recorramos brevemente la historia de este icónico producto biofarmacéutico.
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