El diseño interdisciplinar nos trae la posibilidad de nutrir y aprender de otras ramas disciplinares. En este caso se trata de entender cómo desde la biología se pueden hacer aportes para generar una arquitectura más sustentable y ecológica tan solo mirando el comportamiento de los seres vivos. Dicen que la naturaleza es sabia, y la biomimética nos lo viene a demostrar una vez más.
Es una realidad que las células envejecen por los efectos tóxicos del oxígeno. Si bien es un conocimiento ya instalado en ciencia, en 1954 la teoría propuesta por Rebeca Gerschman tuvo muchos detractores. Hoy en día, el conocimiento sobre la importancia y el efecto de los radicales libres es ampliamente aceptado y permitió el desarrollo de conocimiento en distintas áreas de las ciencias biomédicas (eso sí, no confundir con inclinaciones políticas o ciertas canciones como Free Radicals de los Flaming Lips).
La experiencia anticipatoria del desempeño profesional promueve el pensamiento integral y refuerza las herramientas necesarias para preparar a los futuros graduados en la vida posuniversitaria. Propicia el trabajo en equipo entre docentes y alumnos y permite revisar y actualizar los perfiles profesionales tradicionales en un entorno de permanente cambio. La propuesta se centra en cuatro pilares fundamentales: aprendizaje basado en problemas, simulación, pensamiento de diseño y pensamiento crítico, con el fin de propulsar un modelo de enseñanza dinámico que responda a las demandas del ejercicio profesional farmacéutico.
La nanomedicina crea y manipula vehículos farmacéuticos nanométricos con el objetivo de diseñar productos con mejoradas propiedades fisicoquímicas. Esta rama de la (Bio)Tecnología se vislumbra como la puerta de entrada a una serie de estrategias de diagnóstico, monitoreo y tratamiento que superan muchos de los obstáculos que enfrentan hoy las terapias convencionales. En esta nota se describen los últimos avances de productos nanobiotecnológicos aplicados al tratamiento oncológico tanto en instancia clínica como comercial, y el desarrollo farmacotécnico existente en cada uno de estos productos aplicados a la nanomedicina.
La situación actual generó un escenario incierto e imprevisible en todos los ámbitos y niveles educativos. Presencial, virtual, sincrónico, asincrónico, remoto, bimodal son palabras que están muy presentes en la agenda hoy y que resuenan y movilizan. ¿Presencialidad y virtualidad son opuestos? ¿Qué implica cada uno? ¿Se puede “estar presente” de manera virtual? ¿Se puede estar “ausente” de manera física?
Una situación inédita provocada por la epidemia de SARS-Cov-2 azota a la humanidad desde hace más de un año y medio. En este contexto, es de destacar el compromiso asumido por las universidades públicas e instituciones de investigación argentinas que se han dedicado a trabajar con denuedo en estas nuevas circunstancias. La FFyB, por su parte, ha puesto ´manos a la obra´ en este proyecto nacional urgente e indispensable. Así, en este marco, la Secretaría de Ciencia y Técnica ha debido asumir un papel crucial para asegurar que las actividades pudiesen concretarse en este nuevo escenario. Hay un detrás de escena de todas las actividades de investigación y desarrollo, y es el infatigable quehacer de quienes llevan adelante las tareas de gestión y administrativas de cada proyecto, cada subsidio, cada beca; labores que en tiempos de ´normalidad´ quizá no estaban siempre debidamente visibilizadas. Ahora, quedaron claras, más que nunca.
A raíz de la pandemia, como nunca antes las consideraciones sociológicas y filosóficas se han convertido en materia de debate político, mediático y, consecuentemente, han permeado todos los capilares de la sociedad hasta entremeterse en las conversaciones cotidianas. Así, el contrato social, y particularmente el contrato social sanitario, el uso obligatorio de barbijo, las medidas de aislamiento, los covidiotas y otros tipos de negacionistas, y los límites a las libertades individuales en favor del bien común superior ´vida´ integran hoy el menú de cada cena familiar.
La Real Academia Española (RAE) incorporó recientemente al Diccionario Histórico de la Lengua Española un nuevo vocablo*: covidiota, s. m. y f. Persona que se niega a cumplir las normas sanitarias dictadas para evitar el contagio de la covid. Pero, ¿qué lleva a una persona a romper este contrato social sanitario y convertirse en un covidiota? El concepto de contrato social ha pasado a constituir un término de uso común, sin embargo en ese tránsito ha ido perdiendo sus rasgos semánticos medulares. La propuesta es revisitarlo desde concepciones de la filosofía política y la sociopolítica.
Diciembre de 2019 con la irrupción del SARS-Cov-2 quedará en la historia: nuestra vida cambió y el mundo mostró una nueva e indescifrable cara. Un rostro cubierto y los cuerpos sociales delimitados en sus acciones. El Poder del sistema político y una realidad enmascarada parecen haber llegado para establecerse de forma permanente. En esta nota se propone un recorrido histórico del uso de la ´máscara´ con valor de protección de la salud desde el siglo XIV a la actualidad. El uso de barbijo constituye hoy, como antaño, una de las medidas más generalizadas (a la vez que más resistidas) de prevención en el mundo y se ha integrado a este nuevo contrato social sanitario que se impone a los ciudadanos.
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