La educación científica a distancia en el nivel superior debe romper la lógica del reservorio para comenzar a pensar en actividades potentes. Es decir, ofrecer actividades que comprometan al estudiante con el hacer y el hacer con otro. Es imprescindible proponer alternativas para el trabajo de los docentes durante la emergencia sanitaria y el distanciamiento social. Pero, además, dejar sentadas las bases para una profunda revisión sobre la educación científica mediada por tecnología, que excede los límites de esta pandemia.
Las ciencias experimentales y de la salud revisten de una especificidad tal que exige que el abordaje del fenómeno educativo en estas áreas incluya los modelos de las didácticas específicas. En este sentido, el objetivo de este ciclo de seminarios y la misión del CIAEC es acercar a la comunidad de la Facultad, de la Universidad y a toda la comunidad de enseñantes de las ciencias diversas oportunidades de formación continua y espacios de reflexión nutridos en los resultados de investigación en didáctica de las ciencias naturales de alto nivel realizada en el marco de proyectos acreditados y financiados nacional e internacionalmente, considerando muy especialmente las propuestas del Centro y del IIES vinculadas a la educación superior.
Los seminarios, que se reseñan en nota aparte, superaron las expectativas de participación y lograron ofrecer alternativas para el trabajo de los docentes durante la emergencia sanitaria y el distanciamiento social. Pero, además, dejan sentadas las bases para una profunda revisión sobre la educación científica mediada por tecnología, que excede los límites de la pandemia y que debe proyectarse a la pospandemia. Son múltiples las recomendaciones que surgen del debate en los seminarios. Las mismas no deben entenderse como prescripciones, sino como insumos para la reflexión individual y colectiva, antes, durante y después de nuestras prácticas. En este breve artículo comentamos de modo general y brevemente algunas de ellas.
Un primer aspecto a considerar es que la educación científica a distancia en el nivel superior debe romper la lógica del reservorio para comenzar a pensar en actividades potentes. Es decir, ofrecer actividades que comprometan al estudiante con el hacer y el hacer con otro. Este hacer, en ciencias, implica medir, trabajar con el error y encontrar los puntos de contacto entre la experiencia humana de la recolección de datos proveniente de la empírea y los estilizados modelos que sustentan las ideas de la ciencia. Este desafío implica por un lado la búsqueda de herramientas para medir o la disposición de datos experimentales preexistentes, y por el otro el trabajo en el híbrido semiótico donde se apoya, además de la comunicación disciplinar, la construcción de conocimiento científico.
En segundo término, al implementar propuestas digitales para la enseñanza de las ciencias experimentales en la universidad deberían incluirse actividades que permitan sumergirse en el laboratorio. Si bien, los laboratorios virtuales y remotos tienen limitaciones particulares, esto no los hace necesariamente menos potentes que los laboratorios hand on brindando la oportunidad de poner esa demanda en la construcción de sentido. Incluso el trabajo de análisis de datos y del error, la confección de informes, las tareas de predicción y argumentación, pueden llevarse adelante en estos contextos.
En tercer término, y dejando en el tintero un sinnúmero de posibles comentarios, no debemos olvidar que la educación científica en todos los niveles debe ser significativa. Es decir, es necesario pasar del plano de la motivación al plano de la significación. En este sentido, la educación digital que viene, aquella pensada para las nuevas formas de relacionarse y de percibir la realidad, debe estar siempre altamente contextualizada. En la universidad, ese contexto puede encontrarse en la práctica profesional a la que aspiran los estudiantes. Por ende, cuando el contexto desafía las profesiones en salud, la educación en ciencias de la salud no puede sentirse menos desafiada. En consecuencia, y entendiendo la relevancia social de la educación científica, el contexto debe abrazarse y ser parte del genoma de nuestras prácticas.
Para finalizar, la reflexión sistémica sobre las prácticas exige trabajo, por eso son difíciles de construir en solitario y necesitan de espacios específicos que propicien el intercambio entre docentes de un mismo campo. Por ende, el CIAEC, parte integrante del área de formación docente dependiente de la Secretaria Académica de la Facultad, seguirá proponiendo actividades en el marco de sus acciones de investigación y transferencia. Todas estas actividades están abiertas a la participación de la comunidad, que, como herederos de la reforma, entendemos en el sentido más amplio posible. Además, compartiendo el espíritu extensionista de nuestra Universidad les daremos la más amplia difusión. En el caso de los seminarios, las grabaciones en video están disponibles en https://www.youtube.com/channel/UCI39ZzZPpZFmNvnDO-uLLZw.
Finalmente, queremos agradecer muy especialmente a la comunidad de la Facultad que nos acompañó masivamente, a la Secretaría Académica, ADUBA, IIES, UNESCO, APFA, ADEQRA y a las más de 2000 personas que se interesaron en nuestra propuesta. #somosCIAEC #somosFFyB #somosUBA #orgulloUBA
CIAEC EN FOCO. LA EDUCACIÓN CIENTÍFICA EN TIEMPOS DE PANDEMIA [+]
Ignacio Idoyaga, doctor en Bioquímica y profesor adjunto de la cátedra de Física, director adjunto del Centro de Investigación y Apoyo a la Educación Científica (CIAEC) de la FFyB, investigador del Instituto de Investigación en Educación Superior (IIES - UBA).
Gabriela Lorenzo, doctora en Farmacia, profesora de Didáctica y Epistemología de las Ciencias de la Salud de la Carrera Docente de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires, investigadora independiente del CONICET , investigadora del Instituto de Investigación en Educación Superior (IIES - UBA). y directora del Centro de Investigación y Apoyo a la Educación Científica (CIAEC) de la FFyB.
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